Funcionamiento del mercado en el cómic “Obelix y compañía”

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La serie de Asterix el Galo nos narra las aventuras de dos inseparables amigos, Asterix y Obelix, en la Galia ocupada por la Roma de Julio César a mediados del siglo I antes de Cristo. Ambos viven en una pequeña aldea que resiste al invasor gracias a una poción mágica de su druida Panoramix que los hace invencibles. En un tomo se nos narra uno de los intentos de Julio César de derrotar a los galos. En este caso, aconsejado por un joven graduado de la escuela imperial de administración, Cayo Coyuntural, el plan de César consiste en convertir a los galos en decadentes, ¿y cómo piensa conseguirlo? gracias al «afán de lucro». Es decir, donde la fuerza falla, triunfará el dinero.

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En verdad, el plan de Cayo Coyuntural es maquiavélico: introduciendo el dinero en un plácido sistema económico basado en el trueque y utilizando las fluctuaciones del mercado como un medio para generar riqueza, espera convertir a los irreductibles galos en esclavos del sistema, artesanos, cazadores, campesinos, sastres, etc. Gente atrapada en una rueda de la que no puede escapar si quiere ganarse la vida. Cayo Coyuntural, por supuesto, es el auténtico villano de la historia: un arribista recién salido de una escuela de negocios que pone en marcha un diabólico plan con el que de paso enriquecerse.
El desarrollo del plan de Cayo Coyuntural, para poner de manifiesto la enorme riqueza de conceptos económicos manejados en esta historia, lo consiguió de la siguiente manera:
Creación de una demanda artificial de menhires y conversión de los galo en oferentes/productores. Los galos se mueven entre el trueque y una economía de subsistencia. Obelix, que antes apenas trabajaba y vivía cómodamente, se encuentra ahora obligado a cumplir unos compromisos comerciales. Obelix le lleva otro menhir a Cayo Coyuntural, pero éste le paga el doble que el día anterior debido a una subida de los precios. Después comienza a introducirse una cierta división del trabajo. Y poco a poco, una economía de subsistencia con trueque se va convirtiendo en una economía de mercado. A continuación con el aumento de la demanda, aparece la empresa como agente económico de producción, y aumenta el grado de división del trabajo y especialización en la aldea.
Luego Coyuntural le dice que tiene que mejorar sus circuitos de distribución, lo que obliga a Obélix a comprar un carro para repartir más menhires. Obélix no lo sabe, pero está introduciendo una innovación tecnológica.
Astética hincha la bruja del menhir. Retorno de la inversión; estimulación de la demanda a través del marketing. Coyuntural pretende estimular la demanda de menhires entre el pueblo romano mediante una intensa campaña publicitaria.
En la parte en la ja e hay una guerra de precios en el mercado de menhires y se produce una explosión en la burbuja, por primera vez en la historia aparece un factor inesperado para Cayo Coyuntural. Los empresarios romanos, viendo la fiebre desatada entre los consumidores, deciden fabricar sus propios menhires. De este modo, el mercado romano del menhir deja de ser un monopolio y surge la competencia. Lógicamente, los fabricantes romanos venden los menhires a un precio más bajo para competir con el fabricante galo más experimentado. En este punto se desata una auténtica guerra de precios que acaba hundiendo el mercado. En efecto, enfrentado a una competencia real, Cayo Coyuntural se ve obligado a bajar el precio de los menhires. Finalmente, se produce un descenso brutal de los precios. De este modo, la burbuja especulativa se ha pinchado y el mercado del menhir ha quedado arrasado.

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Para concluir la historia, nos enteramos por boca del druida Panoramix de que una gran crisis azota Roma y ha desembocado en la devaluación del sestercio. Como veis el genial guionista y creador del héroe galo, René Goscinny, lanza un torpedo contra la línea de flotación del sistema capitalista, disparando contra todo lo que se mueve a su alrededor.

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